Lo más parecido a lo que debe ser la locura de una guardería
es lo que intentamos plasmar en esta enorme maceta que
fue un regalo de nuestra amiga a su guardería.
Para ello horneamos una rica masa de galleta de vainilla con
forma reconda y decoramos una a una con fondant.
Cada una con su palo, en su bolsita, listas para repartir.
Tenemos llorones y dormilones. A vosotros, ¿cuál os gusta más?
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